Domingo 14:15 hrs muere Augusto Pinochet. En pocos minutos más se desatarán sentimientos preconcebidos, estudiados y programados durante años. Se reaccionará bien y mal pero tanto en partidarios como detractores resaltará el odio y el resentimiento, ambas, condiciones que brotaban por los poros del ex militar y que legó a todo un país.
Primero fue un ataque al corazón lo que puso la alerta. Pinochet agonizaba. Muchos se mantuvieron cautos y sólo un canal de televisión se atrevió a transmitir en extenso la evolución del ex dictador. Luego, las fervientes admiradoras del general se escandalizaban y gritaban más que nunca, agrediendo incluso a Emilio Cheyre. Pinochet no murió, el país callaba y dejaba pasar la noticia como un problema de salud más del longevo personaje o como un subterfugio más para evitar el procesamiento judicial, eso si, la mecha del odio y el resentimiento estaba encendida con gritos y manifestaciones a las afuera del hospital militar.
No hubo milagro ni característica divina alguna, como algunos quisieron retratar la historia. Una temprana y correcta atención médica logró salvar a Pinochet de un primer infarto, claro que el segundo sería letal para el ex –dictador. Encontraría su lecho de muerte en el Hospital Militar el domingo 10 de diciembre de 2006.
A las afueras del recinto médico, fervientes admiradores transformaban su pena en rabia y atacaban a la prensa nacional e internacional y a quienes ellos estimaban conveniente. Gritos y consignas se sentían en las transmisiones noticiosas que comenzaban a recorrer el mundo.
Luego, otra actitud injustificable. Champaña, bocinazos, abrazos y fiesta. Comprensible quizás como la única forma de responder a la agresión a la vida y a los seres humanos que Pinochet hizo en su carrera militar. Hace poco veía una imagen de hace un tiempo atrás en que al ex dictador le preguntaban:
Periodista: ¿General, que le parece las fosas comunes del patio 29?
Pinochet: Qué quiere que le diga, qué economía más grande!.
Pinochet: Qué quiere que le diga, qué economía más grande!.
De esa calidad de hombre estamos hablando, no le pidamos al resto del pueblo de Chile que no reaccione como lo hizo, sobretodo las personas que aparecen hoy juzgando y condenando las celebraciones, principalmente ex colaboradores de Pinochet que ejercieron el poder en contra de los derechos humanos y civiles. El rencor existe y se expresó también ese día en la trinchera de enfrente con actitudes violentas o de abusiva algarabía.
Llama la atención el carácter de héroe o salvador que se le intenta desesperadamente dar por sus partidarios. Yo no sé si producto de la ignorancia o del fanatismo provocado mediáticamente durante su mandato. Pero no recuerdo a ningún héroe que haya atentado contra sus compatriotas, creado campos de concentración, ni amenazado a su país constantemente.
A la vez se habla de un reformador social y estadista, de un personaje que cambió el rumbo del país económicamente. Personalmente, no existe cambio alguno que justifique las desapariciones, el exilio y la tortura. Las reformas probablemente hubieran llegado con el tiempo y bajo otras condiciones tomando en cuenta el escenario nacional e internacional.
Se habla que la muerte dejó sin sentencia al ex militar, esto quizás un alivio para sus seguidores, quienes acusan de hostigamiento y persecución a las autoridades. Por otro lado detractores dicen haber perdido la oportunidad de lograr un fallo definitorio en contra del ex comandante en jefe. La verdad es que la impunidad que hizo posible la vuelta de la democracia impidió que se juzgara correctamente las distintas acusaciones que pesaban en su contra.
Pero si bien no se logró una respuesta de la corte suprema, Pinochet si ha sido condenado, por el mundo y por su país. Se le han demostrado falsificaciones de cuentas, incluso utilizando nombres falsos e involucrando a su familia, trafico de armas y crímenes contra la humanidad. Esto, Avalado por las sentencias que pesan sobre sus colaboradores directos que hoy están o han estado privados de libertad o condenados de algún modo. La sentencia internacional también se hace sentir, fuera de Chile Pinochet sólo pasará a la historia como un dictador nefasto, fascista y genocida, como lo han informado la mayoría de las cadenas noticiosas durante estos días.
Como sea, héroe, salvador de la patria, dictador o criminal, Pinochet es una figura que dividió el país y lo sigue haciendo hasta nuestros días. Que no merece honores de estado porque no gobernó a favor de todos los chilenos ni tampoco fue Presidente de la República ni tiene méritos personales para ser homenajeado. Que por años ha sido un personaje que provoca odiosidad en los chilenos... Repito, como sea, es hora de dejar morir física y sicológicamente al personaje e intentar reconciliar posiciones divisorias. Busquemos justicia real, compensación histórica y hagamos crecer el país de verdad. Esta vez no de la mano del terror.
Llama la atención el carácter de héroe o salvador que se le intenta desesperadamente dar por sus partidarios. Yo no sé si producto de la ignorancia o del fanatismo provocado mediáticamente durante su mandato. Pero no recuerdo a ningún héroe que haya atentado contra sus compatriotas, creado campos de concentración, ni amenazado a su país constantemente.
A la vez se habla de un reformador social y estadista, de un personaje que cambió el rumbo del país económicamente. Personalmente, no existe cambio alguno que justifique las desapariciones, el exilio y la tortura. Las reformas probablemente hubieran llegado con el tiempo y bajo otras condiciones tomando en cuenta el escenario nacional e internacional.
Se habla que la muerte dejó sin sentencia al ex militar, esto quizás un alivio para sus seguidores, quienes acusan de hostigamiento y persecución a las autoridades. Por otro lado detractores dicen haber perdido la oportunidad de lograr un fallo definitorio en contra del ex comandante en jefe. La verdad es que la impunidad que hizo posible la vuelta de la democracia impidió que se juzgara correctamente las distintas acusaciones que pesaban en su contra.
Pero si bien no se logró una respuesta de la corte suprema, Pinochet si ha sido condenado, por el mundo y por su país. Se le han demostrado falsificaciones de cuentas, incluso utilizando nombres falsos e involucrando a su familia, trafico de armas y crímenes contra la humanidad. Esto, Avalado por las sentencias que pesan sobre sus colaboradores directos que hoy están o han estado privados de libertad o condenados de algún modo. La sentencia internacional también se hace sentir, fuera de Chile Pinochet sólo pasará a la historia como un dictador nefasto, fascista y genocida, como lo han informado la mayoría de las cadenas noticiosas durante estos días.
Como sea, héroe, salvador de la patria, dictador o criminal, Pinochet es una figura que dividió el país y lo sigue haciendo hasta nuestros días. Que no merece honores de estado porque no gobernó a favor de todos los chilenos ni tampoco fue Presidente de la República ni tiene méritos personales para ser homenajeado. Que por años ha sido un personaje que provoca odiosidad en los chilenos... Repito, como sea, es hora de dejar morir física y sicológicamente al personaje e intentar reconciliar posiciones divisorias. Busquemos justicia real, compensación histórica y hagamos crecer el país de verdad. Esta vez no de la mano del terror.
posted by Nachof